Ayer asistí con mis alumnos de 4º ESO del IES Islas Canarias y con mis dos compañeros, Miguel y Javier a la representación de West Side Story - Amor sin barreras en el Teatro Cuyás. Es fantástico poder escuchar en directo a la Big Band y a los dos actores -Marta Viera y Fasur Rodríguez- interpretando las canciones del musical de Leonard Bernstein, especialmente el día de la patrona de los músicos, Santa Cecilia, y el año en que se conmemora el centenario del compositor. Lo que hemos visto en escena es un concierto escenificado en el que se mezclan la música y el teatro de verso, y es en este último donde hemos visto el fallo: la idea de situar la historia en Las Palmas de Gran Canaria está bien para acercarla al público, pero el conflicto entre bandas en la ciudad no resulta creíble; tampoco es necesaria tanta reiteración en el mensaje moralizador en contra de la violencia; y se echa de menos en el número final un baile de los protagonistas, que desaparecen sin más del escenario empujando la caja. Es destacable el trabajo de los actores y el de los músicos, además de la disposición de la escena y de las proyecciones que enriquecen la misma y que ayudan al espectador a situarse en el espacio y en el tiempo. Magnífico, como ha sido en los dos últimos años, el cuaderno pedagógico sobre el espectáculo.
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