28 junio 2022

Reseña de 'Cielos de barro', de Dulce Chacón

 

Esta obra, que obtuvo el Premio Azorín de Novela 2000, cuenta la investigación llevada a cabo por un comisario para aclarar el asesinato de cuatro miembros de una familia de terratenientes extremeños. A través del testimonio de un alfarero llamado Antonio, abuelo de Paco, el acusado de haber prepetrado los crímenes, se reconstruye la historia de esta familia y de sus sirvientes en el marco temporal de la guerra civil y la posguerra españolas. Una historia dura, descarnada, en la que se mezclan distintos elementos, a cuál de ellos más impactante: clasismo, violaciones, guerra, abuso de poder, derecho a pernada, manipulación, venganza, trabajo infantil, disposición de la vida de los demás en favor de los propios intereses, muerte, injusticia, analfabetismo, religión, enfermedad, amor, sometimiento, humillación, violencia, hambre, miseria. A lo largo del relato se alternan las páginas escritas en primera persona -el testimonio de Antonio- con las diferentes historias de los habitantes del cortijo "Los Negrales" y sus alrededores en distintos momentos contadas por un narrador omnisciente, con lo que el lector tiene que estar muy atento para no perderse y reconstruir correctamente las vidas de los señores y de sus criados, y los hechos que acontecieron. Es digno de destacar el estilo empleado por la autora que reproduce fielmente la oralidad de la conversación de Antonio con el comisario, aunque solo habla aquél mientras este se supone que escucha y contesta; y la forma de hablar de los sirvientes y la de escribir cartas de uno de ellos que sabe hacerlo, Nina a la que había enseñado la señorita Aurora durante la convalecencia de su enfermedad. Los personajes están muy bien trazados: Antonio, hombre analfabeto aunque sabio que cuenta lo que sabe para salvar a su nieto; Isidora y Nina, valientes y arrojadas que tendrán que pagar su osadía ante los poderosos; Leandro y Felipe, los señoritos del cortijo que disponen de todo y de todos; doña Victoria, que se encapricha del hijo de Isidora y Modesto y no duda en quitárselo; Inma, que paga culpas que no son suyas;  Paco, su hijo, que nació con una malformación en la mano y trabaja como pastor en el cortijo; el hijo de Isidora, al que doña Victoria engaña sobre su origen y su manera de llegar a la familia; Felisa, la fiel sirvienta de la novicia Eulalia; y tantos otros que aparecen en el relato reflejando dos mundos contrapuestos que se ven obligados a convivir en unas circunstancias históricas difíciles. Todo ello, unido al desenlace, hacen que esta novela atrape la atención del lector de principio a fin y sea de lectura muy recomendable. Su título procede de la profesión de Antonio y de lo que dice su hija en el capítulo 23, en plena agonía:

Madre, no fue el cielo lo que usted vio, que el cielo no es azul. Es marrón, marrón y rojo, como los barros que amasa padre para hacer botijos. Si no es marrón y rojo, me vuelvo para contárselo.

10 junio 2022

XII Congreso Internacional Galdosiano

Ya tenemos el programa definitivo del XII Congreso Internacional Galdosiano que se celebrará en Las Palmas de Gran Canaria durante los días 20-23 de este mes. [Leer programa completo].