22 agosto 2014

Mientras maduran las naranjas, de Cecilia Domínguez Luis


Me he leído esta obra de un tirón: además de ser breve -ciento cuarenta páginas-, resulta conmovedora e invita a continuar leyendo hasta el final. Se trata de la historia de Sara, una niña a la que la vida le cambia cuando tiene ocho años (muere su padre y ella, su madre y su hermana se trasladan de domicilio a otro punto de la isla de Tenerife, más cerca de sus tíos y primos) y a la que le vuelve a cambiar dos años después (se declara la Guerra Civil). Con una inocencia propia de una niña, la autora narra la peripecia familiar de Sara, su madre, su hermana Lupe y sus tíos, que son detenidos cuando se produce el golpe de estado contra la República en 1936 y comienza la Guerra Civil. La niña nota cómo cambian las cosas y aprende a escuchar y a interpretar los signos de esa realidad cambiante y lo que no entiende se lo pregunta a su hermana, unos pocos años mayor que ella. Se nos proporcionan informaciones sobre las represalias, las humillaciones y las limitaciones a las que son sometidos los miembros del bando de los vencidos, pero se hace sin ira, con incomprensión, ya que la niña no comprende qué está pasando aunque sufra sus consecuencias. A destacar el proceso de maduración de la protagonista y el inmenso amor de su madre que intenta protegerla en esa situación extrema que les toca vivir.
La novela me recuerda a la que escribió Nivaria Tejera sobre el mismo tema, El barranco [Leer más]. El título procede de un verso del poema Pedro García Cabrera titulado "El reloj de mi cuerpo", perteneciente al libro Entre la guerra y tú. Lectura recomendable. 

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