28 febrero 2011

Nueva novela de Juan Marsé

El último trabajo del genial escritor Juan Marsé, primero tras el premio Cervantes del 2009, es pura caligrafía marseana: agridulces historias de amor, desengaño e iniciación en un barrio barcelonés en los años 40, en cuyas grisáceas calles confluyen mujeres encallecidas, chiquillos que aspiran a escribir, películas que invitan a soñar y cartas que nunca acaban de llegar. Su título, Caligrafía de los sueños. Espero terminar el libro que estoy leyendo -Riña de gatos, de Eduardo Mendoza- para empezar éste, ya que Marsé es uno de mis escritores preferidos.

22 febrero 2011

El Rabino, de Noah Gordon

Libro entretenido en el que se narra la vida de Michael Kind, un rabino judío nacido en Nueva York. Va dando cuenta de su infancia, juventud, vocación, noviazgo y matrimonio con una joven católica que se convierte al judaísmo por amor. También nos introduce en los distintos lugares de Estados Unidos adonde se dirige para oficiar en sus templos hasta que se instala definitivamente en Woodborough, una localidad de Massachussets: allí vivirá con su esposa Leslie y sus dos hijos, Max y Rachel.
Interesante relato para abrir horizontes, conocer otras culturas y evitar prejuicios.

18 febrero 2011

Día de las Letras Canarias


Ayer se presentó en nuestra ciudad el programa de actos conmemorativos del Día de las Letras Canarias, que este año estará dedicado al poeta grancanario Tomás Morales. Publicaciones, proyecciones, lecturas poéticas, representaciones teatrales y visitas a su casa de Moya, entre otras actividades conformarán dicho programa, que se desarrollará el próximo día 21.

15 febrero 2011

Nueva académica de la Lengua

La filóloga Inés Fernández-Ordóñez se ha convertido en la cuarta mujer académica de la Lengua -junto a Ana María Matute, Carmen Iglesias y Margarita Salas-, tras haber resultado elegida en la tercera ronda de votaciones. Ordóñez, que ocupará el asiento "P" mayúscula, ha calificado su nombramiento como "una magnífica noticia para todas las mujeres".
La candidatura de Fernández-Ordóñez, de 47 años y catedrática de Lengua de la Universidad Autónoma de Madrid, era la única que se había presentado para cubrir la vacante del poeta Ángel González en la Real Academia Española, y había sido propuesta por José Antonio Pascual, Margarita Salas, y Álvaro Pombo.
Fernández-Ordóñez ha reconocido estar "emocionada" por ser la primera mujer filóloga de la RAE y ha subrayado que la Academia "debe reflejar proporcionalmente lo que es la realidad de la sociedad, donde las mujeres tienen un papel mayor", por lo que ha considerado su nombramiento como "una magnífica noticia para las mujeres". No obstante, la científica Margarita Salas ha querido dejar claro que Fernández-Ordóñez no fue propuesta como académica por ser mujer, sino porque la RAE "busca la excelencia".
Fernández-Ordóñez (Madrid, 1961) es una rara avis, como ella misma reconoce, que ha sabido aunar en sus investigaciones la Lingüística y la Filología, según la tradición de la escuela filológica española, fundada por Ramón Menéndez Pidal. Discípula de Diego Catalán, fallecido en abril de este año, la nueva académica es especialista en la dialectología, actual e histórica, del español, y se interesa sobre todo por la variación gramatical.
Dentro de esa faceta, dirige el Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (COSER), que ha formado, con la colaboración de sucesivas generaciones de alumnos, desde 1990 hasta el presente. Actualmente, ese CORPUS consta de 900 horas de grabaciones de la lengua hablada obtenidas en más de 700 enclaves rurales de la Península Ibérica, de las que hay una muestra en Internet (www.uam.es/coser).
Sus publicaciones sobre el leísmo, laísmo y loísmo, una de las áreas por las que es más conocida, han servido para comprender mejor estos usos de los pronombres e identificar la existencia de varios sistemas pronominales en el centro y norte de la península
Desde su tesis doctoral, se ha dedicado también a la edición crítica de textos medievales y al estudio de los textos históricos y cronísticos de la Edad Media, sobre todo los producidos bajo el patronazgo de Alfonso X el Sabio: la Estoria de España y la General Estoria, ambas escritas en torno a 1270-84.

11 febrero 2011

Nueva novela de Javier Marías

Javier Marías tiene sobre la mesa las pruebas de imprenta de Los enamoramientos, su nueva novela. Alfaguara la publica el 6 de abril pero él sigue retocándola. Dice que le cuesta hacerse a la idea de que está terminada. Por un tiempo, le costó incluso pensar que el libro pudiera existir. La aparición en 2007 de la tercera y última entrega de Tu rostro mañana -1.600 páginas, ocho años de obsesión y trabajo- le dejó agotado. "En todos los sentidos", matiza. "Pensaba que no tenía nada más que decir en el campo de la novela. No era pose, tenía dudas sinceras. Luego uno descubre que hay historias que van fraguando en la imaginación y que cristalizan a medida que se van escribiendo".
Los enamoramientos arranca con María, la narradora, fascinada por una pareja que transpira felicidad y a la que contempla cada mañana en la cafetería a la que acuden a desayunar. Un día, se anuncia en la primera línea del libro, desaparecen. Con el tiempo, María sabrá que el hombre ha sido asesinado a navajazos por un indigente.
Pese a sus 400 páginas, dice Javier Marías que su nueva novela es muy concentrada -"pocos personajes, pocos hechos"-, una historia contemporánea que se desarrolla en Madrid. "Esta vez no hay nada de inglés ni nada que suceda en Inglaterra", subraya aludiendo con una sonrisa a su fama de anglófilo y a una de las constantes de su obra.
Otra de esas constantes es la dialéctica entre lo que se dice y lo que se calla, un juego en el que la gente no siempre es lo que parece. Todo eso está presente en Los enamoramientos, que reflexiona también sobre el sentimiento de impunidad. Con los políticos dando ejemplo, es algo que se ha instalado en la sociedad actual: "Son más los crímenes desconocidos que los registrados e infinitamente mayores los que han quedado impunes que los castigados".
Con idéntica contundencia, Marías bucea en el estado al que alude al título: "El enamoramiento es algo que normalmente se juzga deseable y positivo, redentor incluso. Y es así. Permite hacer cosas nobles, desinteresadas y de enorme generosidad y sacrificio. Lo que no se tiene muy presente es que también permite las mayores ruindades. Por su estado de enamoramiento una persona generosa puede ser mezquina y alguien normal puede convertirse en un criminal. El amor parece justificarlo todo, lo bueno y lo malo. Es algo que ennoblece, pero se olvida que también envilece".
Pese a proponer un viaje lúcido y crudo a los bajos fondos de los sentimientos, el autor de Corazón tan blanco dice que su nuevo libro es pesimista "y un poco sombrío", pero no sórdido. "Uno se engaña menos en las novelas que en un artículo o en la vida real", explica. "En las novelas es donde uno expone las cosas como realmente las ve". Lo cual no le lleva a aplicar esa lucidez radical a su propia vida: "Hay amigos que me han dicho: 'Habiendo en tus novelas tanta fineza para percibir ciertas cosas, ¿cómo es que en la vida real no te enteres de la misa la media?'. Yo respondo: 'Por fortuna'. Que tenga una cierta visión no me lleva a aplicármelo a mi vida cotidiana. Sería calamitoso".
Esa visión es la que le lleva a señalar que a veces los enamoramientos son una rueda de sustituciones: "Nos cuesta admitirlo porque pensamos que la última historia es la de verdad y porque nosotros mismos también somos sustitutos de alguien". Y otra vuelta de tuerca: el inconveniente de que volvieran los muertos si pudieran: "Incluso aquellos que más hemos querido y a los que más hemos llorado, aquellos cuya desaparición destroza la vida". Con el tiempo, afirma, su hipotético regreso sería una catástrofe: "La reaparición de alguien cuya desaparición fue motivo de desolación podría, a su vez, ser motivo de desolación, por paradójico que parezca. Basta con pensar en un padre o una madre, que son muy llorados. Al cabo de unos años, suponiendo que pudieran volver, dices: un momento, ¿y qué hacemos con la herencia?". Para Marías, ese es el tipo de dilemas que, apurando la crueldad, las novelas pueden todavía plantearse. ¿Por qué? "Porque son un territorio en el que uno está semi a salvo, un territorio de ficción".