16 enero 2021

La loca de la casa, de Benito Pérez Galdós

Esta comedia en 4 actos fue estrenada en el Teatro de la Comedia de Madrid el 16 de enero de 1893. Se trata de la adaptación de la novela dialogada homónima que había sido publicada por su autor en 1892. Es una de las piezas teatrales de Galdós en las que la mujer desempeña un papel fundamental en el desarrollo y en el desenlace de la  trama: Victoria,  una mujer fuerte que se deja llevar por su intuición y sus impulsos -de ahí que la conozcan como "la loca de la casa" entre sus allegados-, se sacrificará para salvar el patrimonio familiar, seriamente amenazado por las deudas.

La obra se desarrolla en la Barcelona del último tercio del siglo XIX, concretamente  en una localidad que recibe el nombre convencional de Santa Madrona. Allí,  don Juan de Moncada, agobiado por las deudas, ve peligrar su patrimonio, y su amigo y agente Huguet junto con la hermana de don Juan, doña Eulalia, urden una salida: casar a Gabriela, hija de Moncada, con José María Cruz -Pepet-, hijo de un carretero, antiguo empleado de los Moncada, que se ha enriquecido tras emigrar y trabajar duramente en las minas de México y California. A Gabriela le horroriza la idea por dos motivos: ya tiene novio y, además,  ve a Pepet como lo que es, un hombre sin escrúpulos, grosero y ordinario que solo piensa en el dinero. La otra hija de Moncada,  Victoria, novicia que visita a  la familia por esas fechas, conoce la situación y se ofrece a realizar el sacrificio, por lo que deja los votos y se casa con Pepet con la intención de salvar a su familia y, de paso, domar a la fiera convirtiéndola en un hombre de bien capaz de compartir su fortuna con aquellos que más lo necesitan. Pero no será fácil,  ya que Pepet odia la holganza y la ociosidad de la clase superior, a la que menosprecia por su modo de vida y por su falta de previsión en las finanzas. Victoria lo intenta denonadamente pero, ante la imposibilidad de lograr su objetivo, decide separarse, aunque poco a poco la repugnancia que sentía por su marido se ha ido convirtiendo en cariño. Cuando este se entera de que está embarazada,  accede a las pretensiones de su esposa en cuanto a mejorar su carácter y a repartir parte de su dinero con los más necesitados. 

Sorprende el tratamiento que da Galdós a su protagonista, quien en algún momento se confiesa socialista, que insta a su esposo a ser menos avaricioso y más caritativo, y a asistir  a los preceptos religiosos aunque sea para guardar las apariencias ante sus vecinos. Se tratan en la obra temas importantes para su autor: progreso frente a religión, papel resolutivo de la mujer, lucha de clases, política, enriquecimiento del emigrante retornado, etc. El desenlace es demasiado previsible, precipitado y poco creíble, pero siembra el camino para otras obras que llevaría don Benito a las tablas con posterioridad. Obtuvo gran éxito de público aunque no tanto de crítica.

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