28 enero 2021

Nada, de Carmen Laforet

 

He vuelto a leer esta magnífica novela, en la que no dejo de hacer descubrimientos a cada lectura que de ella realizo. El argumento es bien conocido, ya que este relato alcanzó gran popularidad y prestigio desde su publicación, al año de haber ganado la primera edición del Premio Nadal en 1944: Andrea, una joven huérfana, deja el pueblo y se traslada a Barcelona para estudiar Filosofía y Letras en su universidad en plena posguerra española. Allí vivirá con parte de su familia materna -abuela, tres tíos, la mujer y el pequeño hijo de uno de ellos- en la casa de la calle Aribau, en la que había residido toda la familia desde que sus abuelos se casaron y se trasladaron a la ciudad. La guerra ha hecho estragos en la casa y en sus habitantes: Angustias, que al poco tiempo de llegar Andrea se va e ingresa en un convento; Román, un músico reputado que ha sido encarcelado en una checa por espía, convertido ahora en contrabandista, hombre cruel y sin escrúpulos; Juan, un mediocre pintor desequilibrado que no duda en pegar a su mujer, Gloria, al menor contratiempo para descargar así su frustración; Gloria, una mujer bonita, de escasas luces, antaño enamorada de Román, que intenta sobrevivir como puede sufriendo las palizas de Juan y el desprecio de su cuñado, y buscando dinero con el que alimentar a su hijo y a su marido; la abuela, una anciana que intenta proteger a los suyos sacrificándose por todos; y Antonia, la criada, mujer desagradable y siniestra que termina huyendo al final de la novela. Andrea padece una enorme desilusión cuando llega y ve lo que le espera. Mientras asiste impotente a la destrucción de sus allegados, se vuelca en sus amigos de la universidad, especialmente en Ena, una joven de buena familia que vive en un entorno ideal ante los ojos de Andrea. Pero llega un momento en el que ambos mundos se cruzan y las dos muchachas se distancian, por lo que Andrea sufre en soledad los terribles acontecimientos y situaciones que se desarrollan en su entorno -hambre, palizas, gritos, insultos-, mitigándola con la asistencia a las reuniones que se celebran en el estudio de uno de los amigos de Pons, compañero suyo de la universidad, y con su deambular por la ciudad. Al terminar el verano de su primer año de residencia en la calle Aribau y después de haber aprobado el curso, Ena le ofrece a Andrea la posibilidad de cambiar de aires y trasladarse a Madrid. Andrea acepta sin dudar.

Temas como la guerra y sus consecuencias, el hambre, la pobreza, el papel de la mujer, la diferencia de clases, la violencia de género, el contrabando, el juego, los celos, la manipulación, el egoísmo, la familia, el amor a los hijos, las pasiones y los sentimientos son tratados en esta novela que tiene la casa de la calle Aribau como escenario, de  la que al final la protagonista siente que no se ha llevado nada. Lectura imprescindible.

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