16 agosto 2014

El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez


He releído esta novela de García Márquez y me ha vuelto a parecer magnífica: el estilo -preciso, puro-, los personajes -el coronel, su esposa, el compadre Sabas, el médico-, el ritmo, el narrador omnisciente, el espacio, el tiempo -presente y pasado-, el argumento y, sobre todo, el final contribuyen a que así sea. Se trata de una historia de dignidad, injusticia y violencia: un  viejo coronel retirado va al puerto todos los viernes a esperar la llegada de la carta oficial que responda a la justa reclamación de sus derechos por los servicios prestados a la patria. Pero la patria permanece muda... Aparecen como parte de la trama la esposa asmática, el hijo asesinado por pasar documentación clandestina, el gallo de éste que puede aportarles una holgura económica de la que carecen si gana una pelea, la falta de dinero para cubrir sus necesidades básicas que llevan con asombrosa dignidad, la indignidad de su compadre que no dudó en venderse para medrar, etc. Lectura absolutamente recomendable.

"Y mientras tanto qué comemos", preguntó, y agarró al coronel por el cuello de franela. Lo sacudió con energía.
-Dime, qué comemos.
El coronel  necesitó setenta y cinco años -los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto- para llegar a este instante. Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder:
-Mierda.

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