08 junio 2014

Don Juan Tenorio, de José Zorrilla


He vuelto a leer este clásico y he disfrutado muchísimo. El vigor del protagonista, que se enorgullece de su maldad; la candidez de Doña Inés, que le redime con su amor, aunque ya sea tarde para ambos; el disgusto del padre de Don Juan ante la imposibilidad de tolerar el comportamiento de su hijo; el deseo de venganza de Don Luis por la seducción de su futura esposa, Doña Ana de Pantoja; o el mismo afán del padre de Doña Inés, por igual motivo; la figura de la mediadora, Brígida, que recuerda a grandes personajes de la literatura española: Trotaconventos o Celestina; la melodía de los versos... son ingredientes que componen una obra maravillosa y completamente vigente en algunos aspectos, porque toca sentimientos universales e intemporales. Una pena que esté desapareciendo la costumbre instaurada en el siglo XIX de representarla en los primeros días del mes de noviembre.

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