03 agosto 2013

La marca del meridiano, de Lorenzo Silva


Entretenida y muy bien construida, como suelen ser las novelas de Lorenzo Silva que tienen como protagonistas al brigada Bevilacqua y la sargento Chamorro, miembros de la Guardia Civil. Temática muy actual -corrupción, prostitución, explotación, inmigración, droga, crimen- y misterio resuelto correctamente. Importancia de las nuevas tecnologías y las redes sociales, utilizadas tanto por los criminales como por los investigadores.
 Emociona el punto literario del relato, concretamente cuando el protagonista alude a don Quijote en la playa de Viladecans:

Siempre que venía aquí -le expliqué- me gustaba pensar que esta playa, esta arena dorada y casi sin gente, salvo que vengas en verano, era la imagen más aproximada que uno podía tener de otra, inventada, aunque no por eso menos real: la playa de Barcelona donde don Quijote perdió su último combate. Es de suponer que Cervantes tuviera en mente un trozo de este arenal más hacia el norte, junto a la Barcelona de la época. Pero éste no está muy lejos y tiene la ventaja de que es el único que se conserva tal y como entonces, sin edificios. Sólo la arena y el mar. La arena sobre la que cayó el hidalgo, el mar que le vio perder su aventura. 
Para mí aquella playa tenía otro significado. Lo que allí recordaba, aparte del descalabro final de Alonso Quijano, era mi propio descalabro. Allí había sido donde me había despedido de Anna, dieciséis años atrás. Allí, donde tantas veces habíamos ido juntos, a salvo de miradas indiscretas, fue donde descubrí mi intención de poner fin a nuestra relación y regresar a Madrid. De no ser ya más su caballero.

La obra contiene, además, algunas reflexiones que comparto, como la siguiente:

Suele suceder, una vez que baja la presión social y se enfría la emoción del momento. Tan pronto como uno se queda a solas con los escombros y a merced de esa tristeza en la que nunca le acompañan a uno, pese a la sobada fórmula de pésame, los que después de asistir al velatorio, el entierro o el funeral reanudan sus vidas sobre las que no acaba de caer un rayo para partirla en dos.

O esta otra, que espero no lean mis alumnos de ESO:

- Te invito- me respondió.
-Pero si eres insolvente...
-Eso lo dices tú. Me han pagado las madres de los dos tarugos a los que les doy clase de refuerzo. Me hace ilusión invitarte a algo yo.
-Bueno, es una novedad. ¿Y lograrás que aprueben?
-Están en la ESO. Al final siempre los aprueban, con que sepan leer el enunciado y responder algo que tenga que ver. Y hasta ahí, aunque sea con algunas dificultades, me comprometo a llevarlos.

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