Acabo de terminar la lectura de esta novela y me ha gustado mucho. Se trata de una historia de amor en la que se demuestra que este sentimiento va más allá, que puede saltar todas las barreras (temporales, espaciales) si es lo suficientemente profundo. Noah y Allie logran superar todas las trabas que encuentran para estar juntos, pero cuando al fin lo consiguen lo disfrutan a lo largo de cuarenta y cinco años. Sólo la enfermedad dificulta esta plenitud, pero ellos se las ingenian para vencer a su manera. El único pero que se le podría poner a este libro es que, a veces, resulta algo almibarado; pero, aún así, logra conectar con el lector  y emocionarle. A destacar la reivindicación que se hace de la poesía. Especialmente conmovedor resulta cuando Noah va dejando poemas a Allie bajo la almohada en los peores momentos de su enfermedad. 

La adaptación cinematográfica es realmente buena, pero prefiero la novela.