28 noviembre 2012

Pura vida, de José María Mendiluce

Apasionante. Así definiría este libro. Me enganchó desde el principio y sentí enormemente que se acabara. Lo leí en tres días, dosificándome cuidadosamente su lectura: cada parte -consta de tres- de una vez. A pesar de ser una obra Finalista del Premio Planeta, se trata de un libro magnífico, no sólo por lo que cuenta sino por cómo lo hace. Ariadna, una funcionaria de la ONU se traslada a Costa Rica para encontrarse a sí misma con el pretexto de llevar a cabo un proyecto en el país. Desde que llega se queda prendada de la belleza del paisaje y del modo de vida de su gente. Inicia una vida llena de excesos por los que tendrá que pagar un alto precio. Especialmente intensa es la historia de amor que vive con Jonás, un bello indígena que trastoca todo su ser. También él saldrá herido en esta relación. Cuando intentan reconducir su historia  ya no hay vuelta atrás: ambos acabarán perdiendo. Final emocionante pero muy triste.
Me he enterado de que hay una segunda parte, La sonrisa de Ariadna. Voy a hacer todo lo posible por leerla.
¡Y pensar que la obra ganadora del Premio Planeta ese año fue Pequeñas infamias, de Carmen Posadas! Una verdadera infamia. ¡Ver para creer!

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