28 mayo 2011

La Konkista de Canarias, representada por Delirium Teatro

Ayer asistimos a la magnífica representación de La Konkista de Kanarias. A continuación reproduzco una reseña aparecida en el periódico La Provincia de ese mismo día, que suscribo plenamente. Es más, añadiría otro acierto en la obra y en su puesta en escena: la manera de hablar de los habitantes de cada una de las Islas se reproduce sobre el escenario. Los peculiares acentos de los palmeros, herreños, majoreros, etc. son interpretados a la perfección por los actores. El comportamiento del público -formado por alumnos de los Institutos de La Isleta, Primero de Mayo y Santa Brígida- fue ejemplar.



"La compañía tinerfeña Delirium Teatro reflexiona con humor e ironía sobre los cien años de la historia del Archipiélago a través de la obra La Konkista de Kanarias, que se representa hoy y mañana, a las 20.30 horas, en la Sala Insular de Teatro. Escrita por Adrián Rosales, Marta Viera, Zebenzuí Felipe y Zoraida Sánchez, el montaje intenta resumir, según la productora de la compañía, Soraya González, cien años de "luchas, drama, traiciones y heroísmo", tamizados por la sátira, la parodia y, sobre todo, el humor.



La trama comienza al modo de una obra de Pirandello, pues los cuatro actores que protagonizan la obra deciden representar la historia de Canarias con unos ensayos previos bastante descontrolados y con el único acompañamiento de siete escaleras que simulan un barco, una torre o incluso un castillo.



"El espectador", aclaró González, se encontrará "con una versión rigurosa pero divertida de un hecho dramático tratado con respeto pero con muchas ganas de cachondeo y de pasarlo bien". De este modo, durante la representación aparecerán escenas que se ralentizan y actores que realizan guiños a momentos y situaciones actuales en un modo de mostrar cómo no hay mucha diferencia entre pasado y presente (...) La actriz y productora aclaró que "puede parecer que resumir de manera rigurosa y acreditada más de 100 años de historia en 70 minutos puede ser poco menos que una locura", pero el texto de Antonio Tabares funciona y el público se cree la trama desde el primer momento". Para González, "el contrapunto cómico de ese grupo de actores y actrices jóvenes que se enfrentan al ensayo previo al estreno convierte una historia terrible y con gran carga dramática en una comedia disparatada en la que el público participa directamente y se ríe a carcajadas", añadió la productora.



El resultado final con el que se encuentra el espectador es "una obra en la que se reflexiona sobre lo poco que hemos cambiado a lo largo de los siglos y también sobre la propia fundación del actual pueblo canario como resultado de la mezcla de sangres pese a la derrota de los canarios ante los castellanos".


Para levantar este edificio argumental "cada uno de los actores debe cambiar continuamente de registro, acento y vestuario para interpretar una media de diez personajes distintos", en un juego que engarza de manera magistral en la trama que subyace a la obra; la de esos actores jóvenes y patosos que intentan, más mal que bien, hacer creíble una función seria sobre el trauma histórico que creó la Canarias que hoy conocemos. El resultado está avalado por más de cincuenta representaciones".

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