21 diciembre 2010

Entrevista con el director de la RAE

A continuación reproducimos un fragmento de una entrevista a José Manuel Blecua realizada por el diario Público, en la que responde sobre cuestiones lingüísticas que están de plena actualidad

"Una cuestión gramática que está en la calle. ¿Usted está de acuerdo con las miembras'?
-Yo no lo acepto porque estos femeninos me parecen ridículos. Pero desde el siglo XVI el término está documentado en América y con mucha frecuencia.
El término ‘miembras’ me parece una ridiculez.

-¿Y acepta el resto de feminización de adjetivos, como fiscala?
-Hay algunas que el diccionario ya ha reconocido, como regenta. Pero luego hay otras cosas que son absurdas. Por ejemplo, los acabados en -esa o -isa, como abadesa o poetisa. ¡Y ahora renuncian a esas palabras!

-Si el hablante determina la lengua, ¿va la sociedad hacia esa feminización?
-No, sólo en determinados ambientes. Si va a un claustro de profesores, sí se encontrará con los profesores y profesoras. Es un disparate lingüístico, pero se ha puesto de moda. Recuerde usted aquel vascos y vascas.

-¿Y cuál es su opinión como académico y lingüista del ciudadanos y ciudadanas?
-Es inútil. Es una tontería. Va en contra de la lingüística romana, porque, además, la gente no habla así. Llegan a su casa y no preguntan: "¿cómo están los niños y las niñas?" Dicen: "¿cómo están los chicos?" El sistema de la lengua funciona así.

-Insisto con el uso que da el hablante a su lengua. ¿Por qué se ha quitado la tilde a guión si en España lo pronunciamos con dos sílabas?
-El hablante no sabe que hay gran parte de América que dice guion, con una sílaba. Y se ha elegido la opción mayoritaria, que es la que no tiene acento porque es un diptongo, a pesar de que nosotros lo digamos como un hiato.

-En este sentido, ¿la política panhispánica no encadena a unos y otros hablantes? Yo soy incapaz de pronunciar guión con una sola sílaba.
-Mire: si usted escribe guión con acento no pasa nada.

-¿No es falta ortográfica?
-No. No pasa nada. Se recomienda que se enseñe y se escriba sin acento. Lo mismo que truhan, que nosotros desde el siglo XVII lo pronunciamos tru-han'. Lo que ocurre es que los hablantes pensamos que nuestra forma es la mejor de todas. Pero piense que hay más de cien millones de mexicanos a los que le sienta muy mal que todo se haga desde Madrid. Como a nosotros nos sentaría si todo se hiciera desde el D.F."

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