Título: El bebedor de coñac
Autor: José Luis Correa
Editorial: Alba
Fecha de publicación: 22 de enero de 2025
Número de páginas: 216
Nueva entrega de las andanzas del detective Ricardo Blanco, protagonista de las novelas de Correa a partir de Quince días de noviembre (2003). Empezamos a pensar que ya se está agotando esta saga, en la que se da mayor protagonismo a la relación de Ricardo con Beatriz, su novia farmacéutica -aquí, por fin, se prometen y proyectan casarse en un futuro inmediato- y a la que mantiene con sus compañeros de trabajo y amigos, que al caso en sí. Suena ya un tanto reiterativa esa fuerte amistad con su secretaria y casi socia Inés y con el excomisario -ahora colaborador suyo- Gervasio Álvarez, las copiosas comidas con ellos y con la esposa de este último, y la relación profesional y ahora también amistosa con la inspectora Margarita Esponda, a pesar de los encontronazos que ha tenido y tiene con ella por traspasar Blanco los límites de su trabajo detectivesco y entorpecer con ello las investigaciones policiales. Entre esto y la detallada descripción de sus paseos por la ciudad y de los restaurantes que frecuenta, queda poco margen para resolver el crimen de Amado Martel, cuyo cadáver aparece en un solar de una calle de la capital grancanaria. A instancias del hijo de este, Ricardo Blanco buscará a su asesino entre los parroquianos del bar que frecuentaba, su viuda, un profesor de Bellas Artes y alguien más que no vamos a desvelar.
La novela, que sigue las mismas características de sus predecesoras -corta, con frecuentes canarismos, personajes que sirven de distracción hasta llegar al criminal, reflexiones de su protagonista sobre diversos temas de actualidad, distintas situaciones que guardan relación entre sí y la aparición de otro cadáver- es un déjà vu que denota cierto agotamiento de ideas del autor. Debería ir pensando en acabar con su detective estrella. Lectura prescindible.

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