Ayer los alumnos de 4º ESO acompañados de las profesoras de Inglés (Susana Miranda), Sociales (Yolanda Páez) y Lengua Castellana y Literatura (yo) realizaron una actividad extraescolar consistente en visitar los lugares relacionados con la huella que dejaron los ingleses en Las Palmas de Gran Canaria, cuya presencia fue especialmente destacada en el siglo XIX. Esta actividad ponía punto y final a una situación de aprendizaje diseñada por las tres profesoras y puesta en práctica durante los días previos. Así, desde la materia de Sociales se les presentó el por qué de esta presencia y se les explicó la historia y el arte de algunos de los sitios que íbamos a visitar; desde Inglés se les habló de los anglicismos presentes en el habla canaria y de Agatha Christie, que permaneció una temporada en la isla de Gran Canaria donde escribió The Companion; y desde Lengua Castellana y Literatura nos centramos en dos escritores que trataron el tema de la numerosa colonia británica residente en la capital grancanaria, sobre todo uno de ellos: Alonso Quesada (que trabajó con los ingleses y los conocía bastante) y Tomás Morales, contextualizando sus figuras y leyendo algunas de sus obras: Las dos esposas de Mr. Talbot, Una inglesa ha muerto, Britania Máxima y La calle de Triana.
La salida comenzó a las 9:00 horas saliendo del instituto y dirigiéndonos a pie al Cementerio de los Ingleses, ubicado en San José. Allí Zuleima leyó el poema de Alonso Quesada Una inglesa ha muerto. A la salida nos esperaba una guagua que nos llevó al Club Natación Metropole, en cuya entrada está un busto del citado poeta. Acto seguido nos paramos en el antiguo Hotel Metropole (reconvertido hoy en la sede de las Oficinas Municipales), donde recordamos su historia, para luego encaminarnos a la Iglesia Anglicana. En sus jardines Abilene leyó una breve descripción del edificio y luego accedimos a su interior. Desde allí fuimos al Club Británico -cuyas puertas nos franquearon amablemente-, después de cuya visita nos acercamos al Pueblo Canario y al Parque Doramas donde nos tomamos un descanso para reponer fuerzas. Tras pararnos en el Hotel Santa Catalina y hablar brevemente de su construcción promovida también por los ingleses, dirigimos nuestros pasos a la guagua que nos aguardaba para trasladarnos a la calle de Triana. Una vez allí, en el edificio que acogió la Sociedad Protectora de Animales (hoy sede del Patronato de Turismo de Gran Canaria) procedí a la lectura del poema de Tomás Morales titulado "La calle de Triana" y caminamos por esa vía hasta llegar al edificio que había sido la casa de Tomás Miller, cuya historia y peculiaridades artísticas nos comentó Yolanda. Con un paseo hasta la zona del Guiniguada donde debía recogernos la guagua para llevarnos al instituto concluyó esta interesante jornada. Llegamos al centro a las 13:30 horas.
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