Mario Vargas Llosa ha escrito una magnífica novela en la que realiza un despliegue de técnica verdaderamente encomiable, en especial en el capítulo XX titulado "Un remolino". Tal como nos tiene acostumbrados, varias historias se van entrelazando hasta completarse al final con lo que consigue mantener el interés del lector durante todo el libro. Es una novela que reúne elementos muy atractivos -sexo, misterio, política, violencia-, en la que denuncia la corrupción del país y de sus habitantes en diferentes parcelas, desde la más íntima hasta la más pública, durante el régimen de Fujimori. Trata varios temas entre los que destaca la prensa amarilla, que no duda en sacar a la luz las miserias de los personajes conocidos respondiendo a determinados intereses sin reparar en las consecuencias. A la vez exalta el valor de la prensa como medio para denunciar la corrupción y la injusticia. Sobresalen los personajes protagonistas: Marisa, Chabela -íntimas amigas- y sus esposos, Quique y Luciano; los periodistas Rolando Garro y Julieta "la Retaquita", el siniestro Doctor (Montesinos, mano derecha de Fujimori) y el entrañable Juan el Peineta. Lectura muy recomendable, sobre todo para los seguidores fieles de este autor entre los que me encuentro.
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