En esta magnífica novela Richard Yates nos muestra la peor cara de la institución matrimonial. Años 50: los Whheeler, Frank y April, son una pareja norteamericana de clase media que tiene dos hijos pequeños y viven en el extrarradio de la ciudad de Nueva York, en una casa situada en Revolutionary Road. Lo que parece ser una existencia apacible en apariencia esconde una situación bastante diferente. Ambos cónyuges tienen otras aspiraciones -son un poco snobs- y desprecian todo lo que les rodea: vecinos como los Campbell, conocidos como los Givings, el trabajo de Frank, etc. April propone a su marido marcharse a Europa para que él pueda desarrollar sus inquietudes intelectuales -que no son en absoluto profundas ni reales- y trabajar ella en algún organismo público mientras él se encuentra a sí mismo. Frank acepta sin estar convencido y a medida que se va acercando el momento de emprender el viaje a París más peregrina le parece la idea de su esposa. Una suculenta oferta de ascenso en su empresa le hace desistir de ese traslado, pero teme decírselo a April y continúa con la farsa. Un suceso inesperado impide el viaje: April está embarazada. A partir de ese momento, la fragilidad de los cimientos sobre los que está construido su matrimonio comienza a derrumbarse: la violencia, la incomunicación, la infidelidad, el peso del pasado, la incomprensión, la incapacidad de resolver sus conflictos... Todo ello les llevará a un callejón sin salida. Muy importante el detonante de la tragedia: las palabras pronunciadas por el hijo de la señora Givings, un hombre con problemas mentales que está ingresado en un manicomio cercano, en una visita que hace a la pareja.
Lectura muy recomendable.
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