He leído esta novela publicada en 1972 que, a pesar del tiempo transcurrido desde que fue escrita, no pierde actualidad y es por el tema que trata: la justicia. Cesáreo Flores, un mejicano miembro de las Fuerzas Armadas, cuerpo en el que es muy respetado, asesina al amante de su hija preferida: Juana. Se trata de Vince, un hippy con el que la chica pierde su virginidad y su dignidad, ya que él la maltrata y la introduce en el mundo de las drogas. Con él se escapa de casa; Cesáreo va tras ella y la encuentra en el desierto, formando parte de la comunidad hippy, y logra hacerla regresar aprovechando una ausencia de Vince. Pero, cuando éste vuelve, la llama y se la lleva de nuevo consigo. Aprovechando la asistencia de Juana a una celebración familiar -el cumpleaños de dos de sus hermanos-, Cesáreo pide a Vince que venga a la casa y lo mata, a él y a uno de los colegas que le acompañan. El trato de favor que se le presta y el juicio manipulado en el que no se juzgará al asesino, sino a sus víctimas, acompañantes y a la comunidad a la que pertenecen éstos será tratado por el autor desde varios puntos de vista. Sólo contará con un oponente: Michael, amigo de Vince, cuya actuación será crucial.
Se trata de una novela muy cinematográfica, no en vano su autor es un reputado cineasta. Lectura interesante.
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