El pasado día 19 se conmemoró el centenario del fallecimiento de Nicolás Estévanez [Leer más], escritor canario perteneciente a la Escuela Regionalista Canaria, autor del poema Canarias, uno de cuyos fragmentos reproducimos a continuación.
VII
La patria es una peña,
la patria es una roca, la patria es una fuente, la patria es una senda y una choza. Mi patria no es el mundo; mi patria no es Europa; mi patria es de un almendro la dulce, fresca, inolvidable sombra. A veces por el mundo con mi dolor a solas recuerdo de mi patria las rosadas, espléndidas auroras. A veces con delicia mi corazón evoca, mi almendro de la infancia, de mi patria las peñas y las rocas. Y olvido muchas veces del mundo las zozobras, pensando de las islas en los montes, las playas y las olas. A mí no me entusiasman ridículas utópias, ni hazañas infecundas de la razón afrenta, y de la Historia. Ni en los Estados pienso que duran breves horas, cual duran en la vida de los mortales las mezquinas obras. A mí no me conmueven inútiles memorias, de pueblos que pasaron en épocas sangrientas y remotas. La sangre de mis venas, a mí no se me importa que venga del Egipto o de la razas célticas y godas. Mi espíritu es isleño como las patrias rocas, y vivirá cual ellas hasta que el mar inunde aquellas costas. La patria es una fuente, la patria es una roca, la patria es una cumbre, la patria es una senda y una choza. La patria es el espíritu, la patria es la memoria, la patria es una cuna, la patria es una ermita y una fosa. Mi espíritu es isleño como las patrias costas, donde la mar se estrella en espumas rompiéndose y en notas. Mi patria es una isla, mi patria es una roca, mi espíritu es isleño como los riscos donde vi la aurora. |
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