21 junio 2017

Ébano, de Alberto Vázquez-Figueroa

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Libro de aventuras entretenido en el que Vázquez-Figueroa plasma su amor por África y por el desierto, a pesar de todos los problemas que sufre el continente africano en la época en que sitúa la acción (década de los setenta del pasado siglo): explotación, tráfico de esclavos -tema central-, sed, hambre, superstición, pésimos gobernantes, escaso apoyo de los países europeos que miran hacia otro lado, falta de libertad, torturas, secuestros, asesinatos, caza indiscriminada, etc. La trama gira en torno a la desaparición de Nadia, una ashanti, hija de un político importante de Costa de Marfil, que se educa en Europa donde estudia Ciencias Políticas a la vez que se convierte en atleta participante en unos Juegos Olímpicos en los que conoce a David, un fotógrafo sueco con el que se casa. Durante su luna de miel en Camerún es secuestrada por un traficante de esclavos que la une a un grupo que será vendido a un jeque árabe. La desesperada búsqueda de David que le llevará a contactar con el Escuadrón Ébano, formado por unos idealistas de distinta procedencia que luchan contra el tráfico de esclavos arriesgando continuamente su vida, es relatada con precisión en pasajes que se alternan con otros que nos cuentan con detalle el calvario sufrido por su esposa, humillada, violada, tratada como mera mercancía, obligada a seguir un penoso camino por el desierto a merced de sus secuestradores en unas condiciones pésimas. Hay escenas muy duras que consiguen conmover al lector, como aquellas en las que se narran los malos tratos que sufren los esclavos, las violaciones, la pederastia y la violencia a la que son sometidos, y la venganza del jefe de los secuestradores con  Amín, uno de sus guías que se escapa con Nadia para venderla por su cuenta, y la de Malik con ambos cuando logra descubrir quién había asesinado a su esposa y a sus hijos. Si bien el ritmo de la narración es adecuado, el final me parece poco verosímil y muy precipitado. Tampoco me ha gustado la dependencia que David siente con respecto a Nadia y su empalagoso amor por la muchacha, a la que dota de todas las cualidades imaginables. Lo mejor, las descripciones del desierto que hace el autor.

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