Precioso homenaje a los maestros rurales que ejercieron su profesión en España durante la República. Es la segunda vez que leo este libro y me ha vuelto a emocionar. Los docentes que hemos elegido esta profesión por vocación -como es mi caso- empatizamos inmediatamente con Gabriela, la protagonista, que disfruta con los pequeños logros de sus alumnos:
Cada día surgía un nuevo obstáculo y, a la vez, el reto de resolverlo. Los niños avanzaban, vibraban, aprendían. Y yo me sentía enardecida con los resultados de ese aprendizaje que era al mismo tiempo el mío.
A la vez que nos asombramos de las dificultades que encontraba en su trabajo, tales como la escasez de recursos, la ignorancia, los prejuicios o las injerencias; y de cómo se las ingeniaba para resolverlas.
El argumento es el siguiente: Gabriela, una joven maestra que obtiene su título en 1923, trabaja en diversos pueblos de España y en Fernando Poo (Guinea), que fue colonia española. Vuelve a España, se casa con Ezequiel, maestro rural como ella, y tienen una hija. Juntos luchan por una educación igualitaria y libre, ella directamente con los alumnos y él dedicándose, además, a la política activa. Los sueños de ambos se verán truncados en 1936 cuando el nuevo régimen acaba con la República y mata a Ezequiel.
En la obra aparecen algunas de las grandes aportaciones de la República a la enseñanza: las Misiones Pedagógicas, en las que participaron, entre otros, Federico García Lorca y Alejandro Casona (grupos de estudiantes y artistas que se desplazaban a los pueblos más remotos para llevar la cultura a sus habitantes sumidos en la ignorancia y el analfabetismo); y también la coeducación y la alfabetización de adultos.
El estilo es ameno, de lectura fácil y fluido. La obra está estructurada en tres partes: El comienzo del sueño, El sueño y El final del sueño. Y en ella se tratan diversos temas: la educación, la ignorancia, el analfabetismo, la miseria, la radicalización política, la situación de la mujer, el miedo. Lectura imprescindible.
En el vídeo aparece una errata: Translado a León en lugar de Traslado a León. Aún así, merece la pena verlo.
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