He disfrutado con la lectura de esta magnífica novela, Premio Pulitzer en 1981. Su protagonista, Ignatius Reilly, es un loco muy inteligente que odia el siglo en el que vive y adora la Edad Media. Va sembrando el caos por dondequiera que se mueve, amparado por los designios de la diosa Fortuna, ya sea en su casa, en la universidad, en la calle, en los trabajos que encuentra... Su pensamiento es que todo y todos conjuran en su contra: su madre, su exnovia Myrna, sus sucesivos y provisionales jefes, el policía Mancuso, etc.; pese a que él intenta aportar soluciones que apunta sin cesar en sus cuadernos Gran Jefe. Muy bien reflejada queda la ciudad donde se desarrolla esta hilarante historia: Nueva Orleans y sus habitantes. Una pena que su autor no la viera publicada ni premiada, ya que se suicidó cuando terminó de escribirla y no encontró quien la editara. El tesón de su madre hizo este deseo posible.
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