03 febrero 2013

El río que nos lleva, de José Luis Sampedro


Ayer terminé este libro. Me gustó, aunque es un poco fuerte en el sentido en que retrata la violencia de la España rural de los años 40. Los gancheros representan la libertad, el contacto con la naturaleza, la fuerza, y  por este motivo no siempre eran bien recibidos en los pueblos por los que pasaban, tan apegados a la tierra y a las supersticiones. Los personajes principales son ricos en matices: el Americano, Paula, Shanon, el Seco, el Rubio, el Negro... y los secundarios son más tópicos -el cacique, el cura, las mujeres sin hombre, los pastores, el profesor-, aunque imprescindibles en la ruta que recorren los gancheros desde La Escaleruela hasta Aranjuez. Relato simbólico de lo que la vida nos depara independientemente de nuestras previsiones. Halo de misticismo en la aparición de Fray Justino en uno de los momentos cumbre del viaje: el enfrentamiento entre los obreros del Pantano de Entrepeñas y los gancheros. 

Entonces descubrí, con ojos maravillados, a unos hombres que cruzaban el río en equilibrio sobre los movedizos troncos y que, con un gancho en el extremo de un astil a modo de lanza, empujaban los maderos, conduciéndolos hacia el canalillo por donde caían velozmente para salvar el obstáculo de la presa. Eran los pastores de aquel rebaño de troncos; eran los gancheros.

En 1989, Antonio del Real hizo una película basada en esta magnífica novela de José Luis Sampedro. Alfredo Landa interpretó el papel de el Americano y Shanon -el irlandés- asumió el rol de narrador.





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