Ayer asistimos tres alumnos -que representaban a sus compañeros de 2º ESO B- y yo a la segunda jornada del I Congreso de Jóvenes Lectores de Gran Canaria. Esta estaba dedicada a los cursos de 1º y 2º ESO y en ella participaron varios institutos de la isla, además de los escritores Andreu Martín y Care Santos. Me sentí orgullosa de la presentación de la comunicación llevada a cabo por Valeria, Mario y Brian. Lo hicieron muy bien. La comunicación titulada Ya no te quiero Campanilla, que trataba distintos aspectos de la obra de Andreu Martín La noche que Wendy aprendió a volar, gustó mucho. ¡Enhorabuena!
A continuación reproduzco aquí la comunicación que presentamos:
A continuación reproduzco aquí la comunicación que presentamos:
Ya no te quiero, Campanilla
Impresiones del alumnado y de la
profesora
El
libro nos ha gustado mucho por varias razones, principalmente por la evolución
que presenta el carácter de Wendy, la
protagonista. Además, la intriga y el misterio que rodean al argumento, la
actualidad de los temas que trata, el humor que destilan las intervenciones de
algunos personajes, la agilidad del relato y la resolución final del caso son
elementos que contribuyen a que su lectura resulte especialmente atractiva.
La confirmación de sus sospechas
sobre el rumbo que está tomando la relación amorosa que mantiene con su
compañero de patrulla Roger Dueso constituye el detonante del cambio de actitud
vital de Wendy Aguilar, una joven policía, la noche de su vigesimotercer
cumpleaños. Esa noche va a ser muy importante en muchos aspectos: después de
comenzar su ronda y de mantener una conversación trivial con Roger, Wendy
percibe que éste no muestra ningún interés por lo que ella le está contando –su
encuentro con una vidente que le predice el futuro, su inminente cumpleaños-,
recibe la dolorosa noticia de que él no la quiere porque está enamorado de otra
y tiene que participar en la investigación de un asesinato que acaba de
producirse. Muchos acontecimientos juntos que tendrá que digerir de la mejor
manera posible. ¿Cómo lo hace en un primer momento? Llorando. Sí, cuando se
baja del coche al llegar a la escena del crimen lo hace llorando y este hecho
nos da una idea de la conmoción que ha sufrido tras la confesión de su ya
exnovio. Incapaz de entrar en la mansión donde ha ocurrido el asesinato, dado
el estado anímico en el que se encuentra, se queda fuera y fija su atención en
una niña que será clave en la resolución del caso. La sigue y tras una
accidentada persecución con carreras por las vías del metro incluidas, se
entera de lo que ha sucedido realmente. Pero esto le va a costar caro, ya que
los malhechores que han asesinado a Darío Arpillera la secuestran y la meten
–atada de pies y manos a una siniestra y pesada máquina- en la parte trasera de
una furgoneta donde la golpean y la dejan inconsciente. Cuando recupera el
sentido se entera de que la van a matar. En efecto, amarrada a la máquina la
tiran al mar y se hunde rápidamente. En ese momento Wendy hace un repaso de
algunos momentos de su vida y de la cantidad de cosas que le quedan por hacer.
Se rebela contra las palabras de aquella mujer que le auguraban una muerte
prematura y decide que no quiere morir. La máquina toca fondo y Wendy, al borde
de la asfixia, logra soltarse de ella e inicia desesperada el ascenso a la
superficie venciendo a la muerte. Una mujer nueva acaba de surgir: no dará
tregua a aquellos que la han sometido a tan dura prueba. Tras una serie de
peripecias entre las que se encuentra un “vuelo” entre azoteas de edificios
próximos –Wendy literalmente vuela como su homónimo personaje de Peter Pan- logra capturarlos sin ayuda y
recuperar el diamante llamado el Ojo de Dios, móvil del crimen. Cuando se
encuentra con Roger Dueso y este le pide perdón e intenta volver con ella,
Wendy le rechaza porque ya no es la que era: es una mujer segura de sí misma
que ha aprendido muchas cosas en el transcurso de esta misión.
El misterio y la intriga que rodean
al argumento hicieron que algunos alumnos que encontraban aburrido el comienzo
de la obra se engancharan a su lectura para ver cómo se resolvía. Hay capítulos
que resaltan especialmente por su interés:
·
El capítulo 20, en el que Wendy emerge
del fondo del mar y logra vencer a la muerte.
·
El capítulo 26, cuando Mon logra escapar
con su madre y con el diamante mientras los ladrones se pelean.
·
El capítulo 27, donde descubrimos cómo
llegó el Ojo de Dios a la familia Arpillera.
Otro
aspecto destacado es la actualidad de los temas que se tratan: la marcha nocturna
de los sábados, la delincuencia, la marginalidad, la violencia de género, la
explotación infantil, el individualismo que lleva a algunos a apuntarse méritos
de acciones llevadas a cabo por otros, el tráfico de obras de arte, la
superación personal, la jerarquía existente dentro de la policía que convierte
a sus miembros en seres enormemente competitivos entre sí, las relaciones
personales en las que la atracción física pesa más que el amor verdadero, la
ambición, el machismo, etc.
El
humor –que ayuda a relajar la tensión en momentos de intenso dramatismo- es
otro de los rasgos positivos que presenta la obra. Buena muestra de lo que
decimos son algunas intervenciones de Mon, como el divertido diálogo que
sostiene con Wendy a propósito de su nombre y su sexo, la argucia que inventa sobre el destino del
diamante: su estómago y la necesidad de evacuarlo para que puedan recuperarlo,
o su impresión sobre el físico de Roger tras recibir este la negativa de Wendy
a volver con él.
Por último, la agilidad del relato
con la alternancia de diálogo y narración o con la interrupción de una acción
sustituyéndola por otra en el capítulo siguiente para luego volver a la
anterior, anima al lector a proseguir su lectura.
El final cerrado del caso con el
justo castigo para los malos (delicuentes-cárcel, Roger-calabazas), pero
abierto por lo que respecta al futuro de Wendy deja al lector satisfecho aunque
impaciente por recibir nuevas aventuras de este atractivo personaje.
Estrategias de lectura
Los alumnos han leído el libro
durante la semana de vacaciones de Carnaval y lo han resumido y expresado su
opinión personal sobre él en un trabajo que corrigió la profesora cuando
reanudamos las clases. A continuación se dividieron en parejas y les fueron
asignados a cada una tres capítulos que tuvieron que analizar y valorar. Con
las aportaciones realizadas la profesora elaboró esta Comunicación que fue
leída y comentada en el aula.
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