En el caso de que el autor de La fiesta del chivo aceptara esta oferta, su perfil sería de un gran peso institucional y también simbólico: una figura cercana a lo que podría ser una especie de gran embajador del español en el mundo desde el punto lingüístico y cultural. El innegable aura de prestigio que rodea a Vargas Llosa -no solo en lo estrictamente literario, sino también como referente cultural y, más allá de eso, como dueño de una privilegiada agenda política gracias a sus relaciones con mandatarios de todo el mundo- constituye el argumento definitivo para que el Gobierno vea en él el candidato ideal.
La propuesta lanzada desde el Gobierno a Vargas Llosa viene a certificar el prioritario peso que el gobierno de Mariano Rajoy quiere otorgar al Cervantes, dentro de una ambiciosa estrategia de acción cultural exterior.
Cuando José María Aznar fue presidente del Gobierno ya ofreció a Mario Vargas Llosa que se hiciera cargo del Cervantes. En aquella ocasión el escritor rechazó la propuesta. De aceptar ahora, el nombramiento pasaría al Consejo de Ministros del viernes.
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