Los Profesores de Literatura nos enfrentamos a una dificultad, entre otras muchas: ¿cómo podemos transmitir a nuestros alumnos la pasión por la lectura?, ¿qué tenemos que hacer para compartir con ellos el deleite que nos ha proporcionado la lectura de un determinado libro? Hay infinidad de obras cuya lectura nos ha impactado y que en el aula quedan reducidas a una mera explicación, unos pocos apuntes, una referencia mínima o ni siquiera eso, porque no entran en el programa de la materia, y ya está.
Esta reflexión la propone Juan Manuel García-Ramos en un artículo suyo publicado en La Provincia el domingo, 12 del presente, a propósito de la reciente visita de Mario Vargas Llosa a la isla de Tenerife, donde participó en una charla con el escritor y periodista tinerfeño Juan Cruz. Vargas Llosa era de la misma opinión: resulta muy complicado compartir esa pasión que sentimos por la Literatura con jóvenes que no son especialmente aficionadas a ella, que tienen muchas alternativas de ocio y no valoran el inmenso abanico de posibilidades que aquélla les ofrece.
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