19 julio 2023

Reseña de "Las soldaderas" de Sofía Guadarrama Collado

 

Este libro pretende "rescatar del olvido a las mujeres que participaron en la Revolución mexicana" en palabras de su autora. Mujeres que desde diferentes lugares colaboraron en ella, ya fuera desde la primera línea de combate -haciendo la comida a los revolucionarios, lavando su ropa o luchando con un fusil en la mano-, ya desde otros más alejados, creando movimientos feministas que difundieran lo que estaba ocurriendo e intentando cambiar las cosas. Esta novela es también un recordatorio y un homenaje a las ciento dos mujeres y niños que fueron fusilados por Pancho Villa el 12 de diciembre de 1916 cuando, enfadado por el asesinato de Madero, mandó matarlos por su hipotética relación con los causantes de este, Orozco y Huerta. No es, pues, un libro sobre la Revolución mexicana, sino sobre las mujeres en dicha revolución, concretamente las soldaderas, sometidas a secuestros, abusos sexuales, violencia machista, engaños, desprecios y humillaciones, que, a pesar de todo, seguían a los revolucionarios creyendo que esa era su obligación y su inevitable destino. Algunas de ellas -las Adelitas- se rebelaron, pero tampoco pudieron salvarse ni salir indemnes de tanta violencia.

Para contar esa parte silenciada de la Historia de México, Sofía Guadarrama crea unos personajes creíbles, humanos, que acompañarán al lector en su aventura revolucionaria: Cecilia Lombardo de Rus y Gurría y su amiga Alejandra Castañeda Landa, ambas pertenecientes a la alta sociedad mexicana, sus respectivas familias, Silverio Orozco, doña Eufrozina, Palomino, María Arreola, Francisca, Elena, la coronela... A la vez que recrea algunos personajes reales, históricos, a partir de sus documentadas investigaciones. Temas como la homosexualidad, la situación de la mujer, la sumisión, la independencia, la lucha de clases, la injusticia, el crimen, la creación del movimiento feminista, la crueldad, la impunidad, la miseria, la Revolución, la Historia, etc. son tratados con dureza y realismo para que no se olviden y, sobre todo, para que no se repitan. Lectura muy recomendable. 

A continuación incluimos una entrevista a su autora hablando de esta obra en el espacio Bitácora 52 [Visionar vídeo]

02 julio 2023

Reseña de "Personas decentes" de Leonardo Padura

Según afirma el propio autor al final de la novela, concretamente en "Nota del autor", Personas decentes es, quizás, la más policial de las tramas que ha escrito Leonardo Padura. En efecto, a lo largo del relato aparecen "varios muertos y muchos crímenes, físicos, históricos y espirituales" no solo en la época actual sino también en el pasado, a principios del siglo XX. Dos tramas se desarrollan paralelamente y en ambas hay muertos, ya sea asesinados ya inducidos al suicidio, y también en ambas hacen acto de presencia la violencia, la corrupción, la política, la represión, la prostitución, el robo, el tráfico de personas y de obras de arte, la miseria y la venganza. El detective Mario Conde es la pieza que une las dos historias: la que tiene lugar en los días anteriores a las visitas del presidente de los Estados Unidos Barack Obama y de los Rolling Stones a La Habana y la que acontece en 1910, es decir, los crímenes de Reynaldo Quevedo y su yerno, y los asesinatos de dos prostitutas y la muerte de Yarini, respectivamente. Con el pretexto de contar lo sucedido y descubrir a los asesinos, Padura hace un recorrido por la Historia de su país, sometido a la falta de libertad, al embargo y a la pobreza, en el que se hace muy difícil vivir y en el que sus habitantes no ven otra opción más ventajosa para su supervivencia que marcharse, abandonarlo a través de cualquier vía posible. Así, recuerda la represión a la que estuvieron sometidos algunos de sus artistas más destacados -escritores, pintores, escultores- que fueron ninguneados, humillados y encarcelados, cuando no asesinados o sometidos a tal presión que optaron por el exilio o el suicidio. Entre las reflexiones del protagonista se observa un gran pesimismo, pues por propia experiencia sabe que, a pesar de la aparente apertura que supone la presencia en la ciudad de personajes tan ilustres, las cosas no van a cambiar y que todo volverá a ser como antes: escasez, miseria y sueños incumplidos. El lector se sumerge en el relato y es capaz de sentirse tanto en La Niza de América -algo a lo que aspiraba en convertirse La Habana en los primeros años del siglo pasado- como en La Habana actual, en la que el turismo trata de maquillar la verdadera situación que viven sus habitantes. Los crímenes se resuelven, pero dejan un regusto amargo por las circunstancias en las que suceden y por los escabrosos detalles que los rodean. Lectura muy recomendable.